jueves, 2 de marzo de 2017

MIS HIJOS







       MIS HIJOS

Son los ojos de mis hijos
un paisaje limpio y nuevo:
los de Sara- pardos-, tierra,
los de Alberto- azules-, cielo.
Y esa inocencia feliz
que derrochan en sus juegos
desintoxica mi vida
de miserias y de miedos.

Sara es mamá de muñecas
a las que da blancos besos,
les cambia ropa y zapatos,
es la “seño” del colegio,
es enfermera y las pincha
con la jeringa del dedo.
Sara, quiero ser papá
de tus pequeños muñecos,
para poder regresar
a ese mundo de los sueños
donde todo es color rosa,
donde la vida es un juego...
Déjame jugar un poco
a ser un papá pequeño.

Alberto es el capitán
de un batallón hipotético.
Lucha en contra de los malos,
él es jefe de los buenos,
es guerrero del espacio,
es pirata y mosquetero.
Que para Alberto la guerra
no es miseria, sangre, fuego.
(De la guerra los chiquillos
hacen un precioso juego,
donde los muertos que se hacen
es que se tiran al suelo
y pueden resucitar
después, en cualquier momento).
Si se mataran así
los hombres del mundo entero,
se harían balas de nata,
y los misiles de queso,
puñal y espada serían
de fresa y de caramelo.
¡Ojalá fuera, hijo mío,
la guerra tan solo un juego!

Quiero bajar, hijos míos,
a vuestro mundo pequeño
y ser papá de verdad
de niños de carne y hueso.
Alberto y Sara, hijos míos,
hijos míos, Sara, Alberto,
a vosotros me declaro
y digo fuerte que os quiero.

Algún día, ya mayores,
-que va muy rápido el tiempo-
entenderéis este amor
como ahora yo lo entiendo...
Vosotros ya seréis padres,
yo seré entonces abuelo...
Pero dejad que en la infancia
yo me incluya en vuestros juegos,
dejadme que forme parte
del “Castillo Caramelo”.


I.S.B.N.84-398-8126-6
Depósito Legal: VA-605-86


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