LA
VENDIMIA
Bajando
por la fuente “de la Risa”
llegando
hasta la ermita y Valdecós,
los
pámpanos se mecen con la brisa:
aquí
se ha coronado Baco dios.
Se
ven pañuelos rojos y amarillos
que
estallan su alegría entre el verdor;
encima
de los hombros, cubanillos
que
lleva sobre si el vendimiador.
Las
uvas,- globos de ámbar del sarmiento-,
descuelga
febrilmente la navaja
y
llegan con nervioso movimiento
al
fondo de los cestos: su mortaja.
Los
niños los racimos picotean
pringosa
la carita en lagarejos,
en
medio del trabajo juguetean;
les
riñen agriamente los más viejos.
Se
escucha en el viñedo alguna copla
y
surge tras las cepas un gazapo...
Un
chico persiguiéndolo resopla,
lo
atrapa, lo acaricia...¡Ay, qué guapo!
La
boina en la cabeza ladeada,
sobre
otra, de mujer, pañuelo rojo;
el
sol, como una yema anaranjada,
contempla
el esqueleto de un rampojo.
La
cesta bien repleta, ¡al cubanillo!...
¡Mocitos,
daros prisa, vamos prestos,
que
esperan la uva negra y el albillo
ser
mosto en la bodega, no en los cestos!
Rechina,
bien repleto de racimos,
el
carro que es de mostos colador...
Los
críos, insistentes, le seguimos
camino
del lagar, tras el dulzor.
I.S.B.N.84-398-8126-6
Depósito
Legal: VA-605-86
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