SAN
JOSÉ EN EL PARO
No has
cobrado, San José
la
paga de Navidad?
¿No
juegas en lotería
algo
al menos del jornal?...
¡Ah,
ya...que estás en el paro!
Así
esperas al chaval
que a
últimos de Diciembre
de
María nacerá.
Vives
en un entresuelo
pagando
comunidad,
el
agua, la luz, butano,
la
comida leche y pan
y las
sesenta pesetas
de la
prensa matinal
conde
buscas el trabajo
que no
logras encontrar.
Entre
su páginas lees:
RECONVERSIÓN
INDUSTRIAL
y de
aquel taller te acuerdas
que
tuviste que cerrar... ...
No
galopan las garlopas
por
caminos de nogal,
los
dientes de la escofina
se
oxidan sin masticar,
no
ronca el recio serrucho
con su
aserrín- aserrán,
los
rizos de las virutas
no
peina el cepillo ya
y los
tablones de pino
dejaron
de perfumar...
...¡Sólo
remacha un martillo
el
clavo de tu ansiedad!...
¡Que
no eras competitivo,
ese ha
sido tu final!
Tienes
las piernas cansadas
de
patear la ciudad
y los
tímpanos gastados
de
promesas escuchar:
-“venga
usted al mes que viene...
que a
lo mejor...que quizás...
...Llegas
a casa deshecho
y
María en el portal
te
pregunta dulcemente:
-¿Trabajo
encontraste ya?
Su voz
suave, esperanzada,
se
corta con el cristal
de tu
gesto compungido...
¡Te
comprende sin hablar!
-“Pobre
niño, que en miseria,
María,
nos nacerá.
¿Por
qué Dios confiaría
su
hijo, sin más ni más,
a un
hombre, que siendo hombre,
no
puede ni trabajar?
Y
María, que en su entraña
gesta
la Divinidad,
se
limpia sus limpias manos
al
panzudo delantal
y lo
aprieta con ternura...
Luego
al santo le dirá:
-No
sufras esposo mío,
José,
no te amargues más
y
déjalo de su cuenta...
¡Él
es Dios,...proveerá!
I.S.B.N.84-398-8126-6
Depósito
Legal: VA-605-86
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