ROMANCE
DE LA CIERVA CANELA
Aquella
cierva canela
por
el azar malherida,
la
de ojos de caramelo
que
te besan cuando miran,
de
orejas de hoja de almendro
recortadas
y chiquitas,
ha
parido en la pradera
cuajada
de campanillas,
entre
crestas de amapolas
y
huevos de margaritas.
Aquella
cierva canela
de
los remos resentida,
aquella
que tanto quiero,
me
ha regalado dos vidas:
un
cervato juguetón
y
una grácil cervatilla.
¡Con
cuánto celo, mirad
como
les cuida y les mima,
rebuscando
para ellos
hierba
tierna en la campiña.
Les
va enseñando a eludir
el
veneno de la víbora,
el
de los hongos traidores,
el
picor de las ortigas.
Y
les lleva hasta el regato
de
las aguas cristalinas
y
prueba primero el agua
por
si acaso está muy fría.
Y
del águila real
les
defiende y les avisa,
y
de la boca del lobo
y
de los fríos les cuida.
Verles
correr por el campo
es
su mayor alegría.
Sus
elásticas cabriolas,
-que
ella no dio cuando niña-
serán
el premio mejor
para
la cierva querida
que
alborozó mis praderas
con
el brinco de dos vidas.
I.S.B.N.84-398-8126-6
Depósito
Legal: VA-605-86
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