DESDE LA
CASA DEL MONTE
Hoy subo
hasta ese monte con brillos de espejuelo...
Las pecas
verdinegras del roble y de la encina,
pintadas en
su cara de yeso blanquecina
me llevan a
una casa que está en el mismo cielo.
¡La
casa que en la infancia yo vi destartalada!
Paredes
derruidas, hierbajos, bichos, flores
crecían
por los suelos...Mas hoy los cazadores
que en ella
se refugian la han hecho su morada.
Laderas
socavadas por cárcavo y bodega
cruzaron mi
camino de intrépida ascensión...
Tendió
su catalejo, robado a la ilusión,
mi vista
desde arriba mirando hacia la vega.
¡La
copa de mi valle me bebo y emborracho!
Se ven a
mano izquierda ruinosos palomares,
pequeños
los caminos, las casas, los lugares
que fueron
mis amigos de ayer, siendo muchacho.
La mano de
la brisa da mimos al sembrado,
su verde
terciopelo trasforma en tornasol
y el
rítmico oleaje, que danza bajo el sol,
se ve en
algunas partes en oro trastocado.
Caminos,-cicatrices
curadas por los años,
serpean por
colinas, se estiran hasta el valle
y llegan
hasta el pueblo; allí el camino es calle.
¿Habrá
nieve en los prados?...¡No, no, son los rebaños!
El sol está
más cerca y el pueblo está más lejos...
Un ave de
rapiña planea mansamente
y aroma de
tomillo le abraza en su corriente.
Un poco más
arriba la cruz de los vencejos.
El pueblo
por la espalda: traseras y corrales,
color en
los tejados de añejo de pimiento,
encima de
la torre veleta como acento;
las ruinas
de una ermita cercadas de trigales...
Un coche en
el asfalto corona “el Portillejo”,...
baja otro
al poco rato,¡qué alegre tobogán!
Imágenes
brumosas al otro lado están:
es Olmos;
lo diviso frunciendo el entrecejo.
En tiempo
de verano la mies veré amarilla,
el verde en
remolachas y alfalfas queda aislado...
(El valle
es la señora que viene del mercado
y trae una
lechuga metida en la cestilla).
Después,
en el otoño, se queman los rastrojos
y el campo
queda negro, lo mismo que el carbón...
...Aquel
Apocalipsis, oscuro de tizón,
se mete en
las entrañas que miran por los ojos....
Un ramo de
violetas decora el horizonte,
el verde de
los trigos se funde, se avinagra...
La noche
poco a poco nos cierra la bisagra
y tiñe
color carne los yesos de este monte...
Se empapa
en un tintero, borroso de neblina,
el valle
adormecido y huérfano de sol...
...Cual
rastro que en lombarda dejara un caracol,
mercurio
entre las sombras, “la Esgueva” se adivina...
I.S.B.N.84-398-8126-6
Depósito
Legal: VA-605-86
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