LA
PERDIZ
La
perdiz con sus pollos orgullosa
atraviesa
el camino precavida.
Temiendo
por su prole y por su vida,
en
polvo escribe huella presurosa.
Con
los pétalos rojos de una rosa
vistió
patas y pico a la medida
y
huyó, por los trigales escondida,
de
pólvora mortal y estrepitosa.
¿Qué
ha hecho para ser asesinada?
Tan
solo iba cantando la cosecha,
-en
tresillos su voz intermitente-,
en
medio del trigal y la cebada.
Cantaba,
simplemente satisfecha,
y
el hombre disparaba...¡Simplemente!
I.S.B.N.84-398-8126-6
Depósito
Legal: VA-605-86
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