UN CHICO
DE PUEBLO
-“Son
cuatro o cinco y azules
los huevos
que pone el tordo”...
Me lo dijo
un niño gordo
que lo
sabía muy bien...
Tiraba con
tirador,
daba
vueltas en el trillo
y de las
huras al grillo
sabía
sacar también.
En la
húmedas cunetas
rebuscaba
la lombriz
y el canto
de la perdiz
copiaba con
perfección.
Descubría
entre los juncos
nidos de
pato y jilguero,
¡era
un Adán pionero
de aquella
azul Creación!
Rodillas
con zorrostrones,
cabellera
enmarañada,
tenía
en sus pantalones
toda la
fauna atrapada.
Dos
inquietas lagartijas
apresaba en
una caja
y al
rescoldo de su faja
emplumó
más de un gorrión.
Al aguerrido cangrejo
secuestraba
de su cueva,
¡era
Tarzán, de una Esgueva
plena de
vegetación!
Sabía
coger la rana
entre barro
y entre limo
y catar la
uva temprana,
aún
agraz en el racimo.
Y de abejas
y panales,
de setas y
caracoles
y pipas de
girasoles
sabía
con perfección.
Y de erizos
y palomas,
de
cernícalos y grajos,
de grillos
y escarabajos
hizo a
veces colección.
Un libro
grande,”la Esgueva”,
le dio tal
sabiduría,
que ya
nunca olvidaría
lo que de
niño aprendió...
Paraíso
terrenal,
¿mordimos
de tu manzana,
al vivir
este mañana
de ese ayer
que se esfumó?
Gordo niño
elemental,
de aquella
prístina infancia
aún
me llega la fragancia
de tu flor,
tan natural.
F.J.Hernandez Baruque
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