EL
MÉDICO
Un
doctor a Villanueva llegó un día...
Todo
el mundo comentó por largo rato
que
llevando una sandalia y un zapato
de
curar enfermedades no sabría...
La
raída gabardina, docta y lacia,
curaría
los achaques y dolores
con
un mucho de desvelos y de amores
y
un poquito de jarabe de farmacia.
Una
boina le tapaba las ideas
a
este ser desaliñado, estrafalario,
en
el fondo socarrón y reaccionario
con
las formas de cartón, huecas y feas.
Con
la ayuda del Señor y las cigüeñas
a
mis padres daba hijos, a mi, hermanos;
generosas
para dar eran sus manos,
al
pedir a los demás , siempre pequeñas.
-“Pase
usted, don Alejandro,...pues verá,
tiene
fiebre el chavalín, el más pequeño...
Le
auscultaba...Con ceceo cacereño
recetaba
el buen doctor: “¡Ezto no é ná”.
-Mire
usted, don Alejandro, yo no sé
si
el tocino para el niño será bueno...
Pero
viéndole rollizo el buen galeno
comentaba:-“Pa
que hablá, ¿no lo ve uzté?
Su
cerebro filosófico: de Sócrates.
Era
un sabio disfrazado de torpeza;
tras
la basta indumentaria la riqueza
de
aquel digno sucesor del gran Hipócrates...
Un
doctor a Villanueva llegó un día
y
el rumor de su ignorancia duró un rato,
pues
llevaba en la sandalia y el zapato
medicina
y corazón que repartía.
I.S.B.N.84-398-8126-6
Depósito
Legal: VA-605-86
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