LA
FUENTE DE LA RISA
Se le murió
a “la Esgueva" su pequeña:
la fuente
“de la Risa”...
He vuelto
como siempre a visitarla
¡y he
visto que la cuna está vacía!
Resecas las
junqueras que arropaban
sus piernas
cristalinas,
sin ritmo
el sonajero de guijarros
que su ocio
entretenía,
obscuro,
cavernoso, sin reflejos
el puente,
como un ojo sin retina...
¡Venía
yo a cantarte un madrigal
y estoy
llorando fuente una elegía!
Recuerda
fuente seca,
(antaño
fuente niña),
el burro
que camino a Valdecós
tu líquido
sorbía,
besando con
su belfo renegrido
tu frente
cristalina.
Aquella
natural metamorfosis
que
branquias en pulmones convertía,
también
se encaramó sobre mi espalda
trocando a
un renacuajo en rana anfibia...
¡Qué
lejos interpreta mi piano
la ingenua
sonatina!...
¿No
puedes recordar, de piedra en piedra,
los niños
galopando entre tus linfas?
¿No
puedes recordar tus humedades
de gripes y
de anginas,
que a base
de inyección y de jarabe
duraban
cuatro días?...
Muriósele
a “la Esgueva” un manantial,
muriósele
una hija,
y están
sobre su lecho cuatro tobas
velando las
cenizas.
¡Son
cuatro candelabros castellanos
que
alumbran el entierro de una niña!
Ya sólo
es fuente seca. Más de llanto
que fuente
“de la Risa”.
“La
Esgueva" recogió, como juguetes,
tus ranas
fugitivas,
tus blancas
mariposas,
tus ovas
desnutridas
y luce tus
culebras cual corbatas
de viva
fantasía.
¿Adónde
la libélula colgada
del hilo
del domingo, tan festiva?
¿Adónde
aquel paseo en que los novios
se daban
azorados su caricia,
envuelto su
pudor en celofanes
de chicles
y de pipas?...
...Por eso,
fuente seca,
por eso,
fuente amiga,
no puedo ya
cantarte un madrigal,
¡que
tengo que llorarte una elegía!
F.J. Hernández Baruque
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