lunes, 27 de febrero de 2017

EL ABUELO ISAAC






































EL ABUELO ISAAC


Lenta y torpe, sobre el suelo
de la calle tortuosa,
se escuchaba cadenciosa
la cachaba del abuelo.
El sol se hacía espejuelo
en sus gafas de hojalata,
-por detrás la catarata
sobre los ojos gastados-.
Sus dientes son almenados,
cabello y cejas, de plata.

Llegaba de la ciudad,
como en otras ocasiones,
toda llena de ilusiones
su sonrosada bondad...
Mentalmente, por la edad,
los nietos va ennumerando:
Javier, Jesús y Fernando,
José, Alfonso, Carmelo,
“la niña” y el pequeñuelo...
...¿Le estarían esperando?...

Dobló la esquina,...al momento
un niño gritó:¡el abuelo!...
Celofán de un caramelo,
risas, besos y contento...
¡Escenas de sentimiento!
Caballito la cachaba
que más travieso le hurtaba...
Era el amor en alud
de una infancia y senectud
que quería, que besaba...

¡Y qué bien se conocía
los sarmientos y racimos
de la viña a la que fuimos
a por uvas aquel día!
El sol casi derretía
nuestras frentes de sudor
y doraba aquel verdor:
el albillo, el moscatel
y el racimo negro aquel,
-ubres de vino y dulzor-.

¡Son tantas escenas, tantas
las que rondan por mi mente,
que hoy mi pluma se ha hecho fuente
de aquellas vivencias santas!
¡Abuelo, yo sé que aguantas
y que das tu caramelo
a ocho angelitos del cielo;
también sé que al más pequeño,
para que duerma su sueño,
le estás acunando, abuelo!


I.S.B.N.84-398-8126-6
Depósito Legal: VA-605-86










 

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