LA
ESGUEVA
Decían
, siendo yo crío
los chicos
de Villanueva:
-Por aquí
no pasa un río,
por aquí
pasa “la Esgueva”.
No es fallo
gramatical;
es una
definición
que cuando
yo era chaval
elaboró
el corazón.
Es cadenita
de plata,
río
Esgueva tu corriente,
que a
viejos recuerdos ata
el reloj de
mi presente.
Vieja
Esgueva, mi álbum viejo
de añejas
fotografías,
enmarcas,
en mi entrecejo,
instantáneas
de otros días...
...Eras,
Esgueva de antaño,
del valle
la fértil vena,
la bañera
de mi baño,
cantarilla
de agua buena.
De ovejas y
lavanderas
azogue de
roto espejo,
taller
mecánico eras
de alicates
de cangrejo.
Dos ojos
tenía el puente,
-cejas de
sobrios sillares-.
¡Ya
se llevó la corriente
piedra y
gente a otros lugares!
Hoy pasa tu
agricultura
por un
puente sin solera
que
construyó su estructura
con salsa
de hormigonera.
¿Dónde
juncos y espadañas
que
rasgaban tus cristales
con la lira
de sus cañas
y el verdor
de sus puñales?
En tus
orillas benditas
tuve prima
escuela yo:
-si te
lanzaba chinitas,
me
dibujabas la ó-.
Por la
piedra de lavar,
-de
azuletes escalera-
se bajaban
hasta el mar
los sudores
de la era.
Ocasos de
purpurina
fotocopió
tu papel;
fue la leve
golondrina
hidroavión
de tu piel.
No hubo
palio en tus orillas:
chopos,
álamos o pinos,...
sólo
cardos y gavillas
te
coronaban cetrinos.
Camposanto,
a un lado inerte,
a otro,
pueblo y carretera:
entre la
vida y la muerte,
la Esgueva
mía, frontera...
Le quiero
tanto a este río
que pasa
por Villanueva,
que para
hacerlo más mío
siempre le
llamo “la Esgueva”.
F.J.Hernandez Baruque
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